XXV FIESTA DE LA SIDRA NATURAL DE GIJON
A lo grande y sirviendo miles de culinos a centenares de personas culminó la Fiesta de la Sidra Natural de Gijón con la degustación gratuita de la bebida que ofrecían los veinticuatro llagares participantes en la vigésimo quinta edición y con la entrega de las tres distinciones que reconocen cada año al mejor producto, a juicio de los expertos y del público, así como la trayectoria de un profesional del sector por parte de sus compañeros.
La Banda de Gaites dio paso con sus sones al inicio del acto institucional de entrega del Premio Tonel de Oro y el escanciado de los primeros culinos de la fiesta por parte de los llagares ganadores en la edición de 2015 que se lo llevó Benjamín Vallina Cuesta, de Sidra Vallina, y fue la propia alcaldesa Carmen Moriyón la encargada de entregárselo.
El protocolo continuó con el ‘primer culín’ escanciado por José Luis Vigón, de Sidra Orizón, galardonado con el Elogio de Oro 2015 y el segundo por Teodoro Morís, de Sidra Los Gemelos, Premio del Público en la edición anterior: se daban así por abiertos los puestos de degustación gratuita de los distintos palos distribuidos entre la plaza del Marqués y la Plaza Mayor. Cientos de personas se arrimaban en torno a los puestos de los llagares o aguardaban cola para adquirir los vasos con los que acceder a la degustación de los 24 llagares presentados.
Pasadas unas horas conocimos el resultado de las deliberaciones de los jurados profesional y popular para elegir la mejor bebida servida durante el festejo. El edil Jesús Martínez fue el encargado de leer los veredictos de los sobres y de entregar los premios a Sidra Piñera que recibía el Elogio de Oro 2016, otorgado por el Jurado de Expertos, mientras que el Premio del Jurado Popular se iba para Sidra Canal.
Pero esta fiesta dió para mucho durante una intensa semana en donde la reina fue la sidra en sus múltiples vertientes. Cabe destacar así el concurso de escanciado, que fue seguido por todos los gijoneses con gran expectación y en el que se pudo observar el gran nivel e interés que existe actualmente en torno a este arte. Resultó ganador el ovetense Pablo ALvarez seguido del bicampeón Wilkin Aquiles y Salvador Ondó de sidrerias El Mallu, en la categoría local resultó ganador Eduardo Fernández de la sidreria los Pomares de Gijón. Todo ello fue posible gracias a la organización del Cmapeonato de Escanciadores de Asturias y a su presidente Enrique Tuya que año tras año se preocupa porque no se pierda esta tradición y se consiga la excelencia en el arte del escanciado.
Otro hecho importante fue el record guinnes de escanciado que después de 18 años consecutivos, por primera vez desde que se puso en marcha esta iniciativa, no se consiguió superar el récord de escanciado simultáneo. 8.363 personas no fueron suficientes para batirlo tras tres intentos y tres horas de espera pero se palpó buen ambiente antre los asistentes y ganas de romería asturiana. Esperemos que el año que viene se anime más gente y acompañe el tiempo.
El festival da además la oportunidad de conocer los llagares gracias al bus de la sidra. Previa inscripción, un autobús se encargaba de trasladar a los usuarios a los llagares que forman parte de esta ruta, uno distinto cada día. Frutos, Peñón, Trabanco, Menéndez, Castañón y Cabueñes serán los encargados de enseñar cómo se hacen algunos de los mejores caldos.
Y además hubo buena folixa a cargo de la organización del barrio de la sidra, en el Solarón, a partir del mediodía y hasta la 1 de la madrugada, tuvo lugar la romería en el centro con una carpa donde se podía beber sidra asgaya amenizada por distintas orquestas y donde también los más pequeños podrán pasárselo pipa gracias a las atracciones que había instaladas.
A lo largo del muelle se extendía el Mercadin de la Sidra en los que destacaron el establecimiento Viandas y Saberes cuya tarta de manzana en forma de rosa le hizo merecedor del premio 'A la mercancía meyor presentada', Escanda Asturiana que recibió el premio 'Al puesto más prestosu' y Guxidrín, que se hizo con el premio 'Al productu más novedosu' por sus escanciadores eléctricos y manuales, así como distintos tapones para escanciar sorprendían al jurado.
Así pues termino un año más esta maravillosa fiesta que no en vano ya va un cuarto de siglo avalando esta celebración y se ha demostrado un año más que este es un lugar de encuentro importante con la sidra, como parte de nuestra cultura y de nuestras señas de identidad, y también como sector económico. Y es que uno de los objetivos de esta fiesta es el de revalorizar la sidra en una gran celebración popular reconociendo la calidad de los productos, una calidad que en la presente edición estuvo muy bien representada en las veinticuatro sidras presentadas.
