Breves connotaciones históricas sobre la sidra y la manzana
El origen la palabra sidra proviene del griego SIkera, al latin se traslada como Sicera, donde posteriormente se el asturiano la pronunciara Sizra y finalmente evolucionara a Sidra.
La sidra es la bebida resultante del proceso de fermentación del mosto de la manzana. Tras este proceso existen numerosas incognitas tan vitales como su origen y procedencia, en donde a pesar de múltiples estudios e investigaciones no se ha llegado a consenso alguno.
Mientras algunos aseguran que la manzana procede de China otros la situan en las proximidades del Mar Negro, en Asia Menor, lo cierto es que existe constancia histórica de que los restos más antíguos corresponden a la Edad de Piedra entre 8000 y 2500 años a.c. y vestigios de manzana cultivada en la Edad de Hierro.
También exiten referencias del cultivo de manzano en Egipto, en la época de Ramsés II y en la Grecia clásica donde era uno de los alimentos fundamentales en momentos de escasez, que bien recoge la conocida cita del geografo griego Estrabón, quien en el año 297 a.c. aseguró " zytho etiam utuntur, vini parum habent" ( beben zytho, pues tienen poco vino),mientras que en Roma ya nos encontramos incluso con documentos que detallan su cultivo y variedades.
Tanto la manzana como el manzano, el árbol del otro mundo están presentes en las leyendas célticas, ya sean galas, bretonas, irlandesas y hasta británicas, como lo demuestra el hecho de que el rey Arturo y el mago Merlín, se reunían bajo un manzano en sus ceremonias esotéricas.
La manzana está relacionada con la belleza y la inmortalidad. Gervasio narraba como Alejandro Magno se encontró en la India unas manzanas que mantenían vivos a los sacerdotes hasta los 400 años, y en la mitología escandinava los dioses comían manzanas que los mantendrían frescos y lozanos hasta el Ragna Rök, es decir el fin del ciclo cósmico actual.
Incluso Salomón la menciona en el “Cantar de los cantares” como símbolo de hermosura hablando de sí mismo por boca de su amada: "Como el manzano entre árboles silvestres, así es mi amado entre los hijos de los hombres" (Cant. 2, 3) incluso con cierto erotismo: "Subiré a esta palmera y cogeré sus frutos, y serán para mí tus pechos como racimos de uvas; y el olor de tu boca, como de manzanas" (Cant. 7, 8).Flor del manzano
Cabe resaltar que en todas las lenguas de origen no romano, la palabra manzana tiene la raíz común ‘ap’ (o ‘av’, ‘ab’, ‘af’, que fonéticamente es lo mismo): ‘apple’ en inglés, ‘apfel’ en alemán, ‘aepel’ en sajón, ‘abhal’ en irlandés, ‘apli’ en islandés, ‘afal’ en galo o sus derivaciones ‘iabloka’ en ruso, ‘iablko’ en polaco o ‘almaa’ en húngaro.
Otra buena prueba de ello es que Plinio ya hablase de cómo los habitantes de las costas cantábricas bebían sidra y hasta preparaban un cierto destilado que los hacía invencibles, y con el que celebraban el combate antes y después de producirse.
Entre los pueblos atlánticos era venerada por proceder de la manzana, como lo prueba el hecho de que en la mítica isla de Abalon (que en celta significa manzanal) era la bebida de los héroes, es decir de los semidioses.
Algunos autores aseguran que la sidra ya era conocida por los hebreos, los egipcios y los griegos, aunque no se dispone de datos escritos que avalen su existencia hasta la Edad Media.
A partir de ese momento podemos encontrar numerosas referencias documentales que nos demuestran que la manzana se va convirtiendo en la protagonista del paisaje asturiano, tanto asi que su explotación llega a ser la mayor riqueza de la región en los siglos XII y XIII. En el siglo XVIII el consumo se dispara gracias al resurgimiento de la economía asturiana y el cultivo de los manzanos como una de las bases de la economía de la región. A lo largo de la Edad Media, son abundantes cronológica y geográficamente los testimonios que dan cuenta de la elaboración de sidra en Asturias abundando dichas menciones en documentos fundacionales de monasterios y abadías, en fueros, donaciones, testamentos y, a partir del siglo XI, en los contratos de mamposteria. Ya en la Alta Edad Media, en los siglos VIII y IX disponemos de bastantes documentos que nombran la sidra y las pomaradas:
• El 25-11-781 en el acta de fundación del monasterio de San Vicente, que posteriormente daría origen a la ciudad de Oviedo, se nombran los pomares que acompañan a dicha fundación.
• En los testamentos de Fakilo alrededor del año 793, y en el del Obispo de Braga del año 863 se hace referencia a las pomaradas en Asturias que ambos donan.
• El 26 de Mayo del año 950, Nonnina con heredad en la villa de Pando, dona esta, a cambio de una capa, una manta, granos, sidra y carne.
• También una hija bastarda de Alfonso VII manda que se proporcione a los canónigos de Oviedo sidra en abundancia por motivo de un aniversario.
En 1785 el párroco de Amandi, Antonio Cauredo Cuenlles escribió a León con curiosas instrucciones sobre la elaboración de la sidra, entre ellas la de mezcla de varias especies de manzanas para conseguir una buena sidra. También comenta: "...siendo la delicadez de la fruta de Villaviciosa la que hace que nuestros mostos sean superiores a los de Vizcaya o Inglaterra..." Es interesante observar cómo ya en este momento la sidra se había convertido en una bebida de fuerte implantación popular. Tal implantación irá en aumento: buen ejemplo lo tenemos en el afianzamiento, desde comienzos del siglo XIX, de la costumbre de las espichas.
Ya en la Edad Moderna, Jovellanos en varios de sus escritos documenta los principales hábitos de consumo de los asturianos, mencionando la obligada presencia de nuestra bebida regional en romerías y fiestas populares. A lo largo del siglo XIX, el mercado de la sidra asturiana encuentra un nuevo mercado gracias a la emigración, lo que da queda lugar a la aparición de un importante mercado en América. La producción de sidra alcanza en Asturias a finales del XIX un promedio anual de 25.313.860 litros, según Félix Aramburu y Zuloaga, dato que muestra inequívocamente la importante dimensión del sector.
La sidra fue convirtiéndose en una bebida de implantación popular y de tradición familiar que acabó, ya en el siglo XX, atravesando las fronteras españolas, para convertirse en uso de la tradición y cultura españolas en general y recorrer medio mundo además de continuar consumiéndose en todas las casas asturianas.
En el siglo XXI, se podria decir que Asturias se ha convertido en la capital mundial de la sidra natural, aunque en otros lugares de España también se ha extendido su producción y consumo como Navarra y Pais Vasco, existiendo grandes diferencias entre ambas. La expansión por los mercados nacionales e internacionales, populariza el producto fuera de nuestra región, y vincula fuertemente el nombre de Asturias con el de Sidra.
A comienzos de 2001, la superficie de cultivo dedicado en Asturias al manzano era de 6.700 has, de ellas 6.500 se encontraban ocupadas por variedades destinadas a la elaboración de sidra natural. Asturias es la primera región española productora de sidra.
La producción total de la sidra en España se acerca a los 85 millones de litros, en donde Asturias produce alrededor del 80% y su consumo es mayor que en cualquier otra comunidad de España señalando así al Principado como el abanderado de esta bebida tanto en el panorama nacional como internacional.
Hoy día se está trabajando para que la sidra de Asturias, sea declarada Bien de Interés Cultural (BIC),para lograr que sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, por tratarse de una cultura con su parte social, ritual, tradicional, con un fuerte carácter comunitario estimulado por su peculiar forma de consumo.